3.10.07

A veces, muy seguido, no puedo cambiar.


La sala de los arrepentidos

En un castillo hermoso de un territorio hermoso, tenia su empresa un Rey, era un rey bueno y bondadoso, pero a la vez estricto y justo. Tenía su sala de espera donde se sentaban los integrantes de la corte para comunicar sus tareas.

En la sala izquierda de la oficina se sientes los asociados que no realizaron con bien su trabajo, no cumplieron, no acudieron a una cita o no cooperaron cuando se les pidió ayuda.

En esa sala esperan y esperan a ser atendidos, como son muchos a veces no alcanzan a ser escuchados y regresan al día siguiente, siempre esta sobrepoblada esa sala , a pesar de que hay muchas sillas también se encuentran asociados de pie en espera.

Del lado derecho se encuentra la sala de los sabios, los granjeros y los cazadores, las sillas por lo regular se encuentran vacías, ya que si llega uno de ellos el Rey lo atiende inmediatamente, le entregan un reporte rápido de una hoja del seguimiento , mejoras y oportunidades de la tarea que realizaron, se les entrega otra actividad o prosiguen con la que tienen en este momento y se retiran a ejecutarla inmediatamente.

El arrepentido solo se queda sentado en la linea de la sala izquierda y observa como los de la sala derecha entren y salen con un brillo en sus caras que no puede entender.

Después de varios días de encontrarse en espera al fin lo atienden, cuando entra al despacho del Rey este le saluda y le pregunta que fue lo que paso , que por favor le entregue el reporte.

Por supuesto que no lleva el documento, y empieza a hablar dando una constentación así:

Es que, es que, es que. Es que, es que, es que, es que, alguien de la corte lo detiene y le comenta, "gracias por comentarnos todos tus problemas ya los comprendimos, ahora dame las soluciones, y el arrepentido empieza, es que, es que, es que, es que, es que, es que……

El Rey lo vuelve a detener y le dice "gracias, vuelve con las soluciones mañana por favor". El arrepentido vuelve a la sala izquierda con la multitud, a observar como entran y salen los de la sala derecha, esperando su turno. Menospreciándose y descalificándose por no encontrarse en la otra fila.

Es raro este comportamiento, ya que solo tiene que cambiarse de sala, nadie lo obliga a estar ahí, solo tiene que tomar la responsabilidad de levantarse y entrar a la sala derecha caminando hacia el frente.

Si es tu caso, querido lector, el caso del arrepentido, esta bien ya fallaste, faltaste a trabajar, no cumpliste, tomaste demasiado tiempo en entregar un trabajo, esta bien, solo una cosa:

¡!RESUELVE, NO TE VUELVAS A SENTAR EN LA SALA IZQUIERDA!!

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